Por Walter Goobar Editor de Miradas al Sur
"La foto del cadáver de Muammar Khadafi difícilmente va a borrar la imagen que el excéntrico y astuto coronel libio forjó en sus 42 años en el poder. Los jefes de Estado –como Nicolás Sarkozy, David Cameron, Silvio Berlusconi, José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Obama–, que ayer se regocijaron con la noticia de su muerte, fueron sus socios, protectores y benefactores hasta poco antes de que la OTAN lanzara su cacería.
Para Washington su caída es un cambio de régimen disfrazado de “operación humanitaria” para instalar una base del Africom, el Comando de EEUU que hasta ahora tenía su sede en Stuttgart porque ningún país africano quiso hospedarlo.
La ciudad libia de Sirtre después de la ayuda humanitaria de la OTAN
Pero la invasión fue una operación tan francesa como el champagne. Y el CNT es una amalgama heterogénea de monárquicos, islamistas que propugnan la Guerra Santa, militantes de Al Qaeda que ahora trabajan para la CIA, el MI6 británico o los servicios de inteligencia franceses. Lo más probable es que la muerte de Khadafi dispare una sangrienta lucha de poder entre facciones que perdieron lo único que tenían en común: el enemigo. En ese sentido, la guerra civil recién comienza.
Desde el principio, la implicación de Francia en la guerra de Libia ha sido mayúscula. El plan comenzó en octubre de 2010, cuando el jefe de protocolo libio, Nuri Mesmari, desertó en París, fue reclutado por la inteligencia francesa y se tramó un golpe de Estado involucrando a desertores en Cirenaica.
Uno de los motivos fue que los bancos franceses advirtieron que Khadafi estaba por transferir miles de millones de euros a bancos chinos. No se podía aceptar que se convirtiera en un ejemplo para otras naciones árabes o fondos soberanos. Las corporaciones también alertaron que Khadafi había decidido no seguir comprando aviones de combate en París y que no iba a contratar a los franceses para construir una planta nuclear. La petrolera Total quería un trozo mayor de la torta energética libia, aprovechada por ENI de Italia tras un complejo acuerdo de Berlusconi con Khadafi. Todo esto significó una sentencia de muerte para el régimen libio.
En septiembre, el diario Liberation publicó que el CNT prometió a Francia el 35% de los nuevos contratos petroleros, según una carta del canciller Alain Juppé fechada el 3 de abril pasado, 17 días después de la resolución de la ONU. Francia anticipa, así, el costo de la "refundación" de Libia, precisando que potenciará la producción de crudo y reportará a la Europa en crisis un ahorro diario de 255 mil millones de dolares ( 3 millones de barriles a la cotización vigente)
Fuente: Tiempo Argentino
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