La necesidad de satisfacer la demanda de materiales destinados a la defensa nacional y la circunstancia de no existir en el país industria privada que pudiera cumplimentarla, hizo que en 1923 se planeara la creación de un grupo de fábricas militares. La opinión pública recibió con beneplácito esta idea, dado que la misma evidenciaba el propósito de realizar el abastecimiento de material de guerra sobre la base de un potencial industrial propio, que liberara al país de la dependencia exterior y otorgara suficiente libertad de acción en caso de emergencia nacional.
En primera instancia estas fábricas militares dependieron de la Dirección General de Material del Ejército, luego se comenzó a trabajar en un proyecto de ley de Fabricaciones Militares que se basó en los siguientes conceptos:
*Organizar el país para la defensa nacional en el aspecto industrial.
*Producir materias primas de importancia fundamental para los requerimientos militares.
*Complementar fábricas de imprescindible necesidad con las fábricas militares ya existentes.
En marzo de 1941 el proyecto de creación entró en trámite legislativo y el 26 de setiembre de 1941, el Honorable Congreso de la Nación lo sancionó como Ley Nº 12.709 y fue promulgado por el Poder Ejecutivo el 9 de octubre de 1941, por el Decreto Nº 102.081.
Ese día 9 de octubre de 1941, nació la Dirección General de Fabricaciones Militares.
Ello fue el producto de la visión de un hombre a quien con el transcurrir de los años los argentinos van conociendo por su obra silenciosa y fecunda en pro de la industrialización del país, que adquiere cada vez mayor proyección nacional: el General de División D. MANUEL NICOLAS SAVIO (1892-1948)
quien además fue el promotor de la ley del Plan Siderúrgico Argentino y de la creación de la Escuela Superior Técnica del Ejército.
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